Han pasado casi dos años y parece que por fin ha resurgido la olla de oro de nuestra industria centrada en las personas: las reuniones presenciales. Puede que el sector MICE no sea el mismo durante algún tiempo después de que volvamos a las conexiones cara a cara, pero las herramientas digitales ayudarán sin duda a la organización de eventos en 2022.
Cómo cambiaron los eventos en 2021
La pandemia ha afectado al sector hasta tal punto que los propios proveedores de servicios se han visto obligados a catalogar sus ofertas según tres “etiquetas” de eventos: virtual, híbrido o presencial. Por tanto, esto ha creado una necesidad subyacente de transformar digitalmente el sector de los eventos y ha puesto en un plano superior la elección de la plataforma y la tecnología adecuadas. Si aún no te has puesto al día, conoce cómo revolucionará la tecnología los eventos a partir de 2021.
Sin lugar a dudas, la tecnología de eventos nos ha mostrado claramente su poder para la recuperación de la industria y seguramente continuará encajando en las cuestiones sociales y en los nuevos protocolos de salud y seguridad, por ejemplo, mediante la acreditación electrónica en y control de aforo. Sin embargo, es igualmente importante captar las necesidades de un público cada vez más omnicanal que también ocupará el centro del escenario en 2022.
¿Desaparecerán los eventos virtuales e híbridos en 2022?
Una encuesta de LinkedIn realizada a 1.800 profesionales de las reuniones predice que muchos organizadores de eventos presenciales tienen la intención de ofrecer un evento “gemelo digital”, lo que significa que uno o más componentes online del mismo evento se transmitirán a audiencias remotas. Y lo más curioso de todo es cuando nos damos cuenta de que una persona que asiste al evento en persona, puede disfrutar de la simultaneidad de asistir a una sesión online del mismo evento.
La investigación también descubrió que el 42% de los organizadores seguirán buscando servicios de producción de eventos virtuales por razones de sostenibilidad, reduciendo la necesidad de transporte, el uso puntual de plástico y otros consumibles que suelen encontrarse en los eventos presenciales.
Así que, aunque no tenemos una bola de cristal, podemos dar una idea y suponer que no se espera que los eventos virtuales e híbridos desaparezcan en 2022. Ya sea por su capacidad de llegar a un público más amplio, por ofrecer un mayor ROI asequible, por ofrecer información basada en datos, por su responsabilidad de crear experiencias significativas para los asistentes o incluso por cuestiones medioambientales. Al fin y al cabo, los eventos sostenibles tienen más interacciones sin contacto y menos papel.
Híbrido como camino viable en 2022
Una de las principales ventajas de los eventos híbridos es que facilitan más que nunca la presentación de un magnífico cartel, permitiendo a los organizadores traer a ponentes invitados de todo el mundo que habrían estado fuera de su alcance con un simple evento presencial. Este fuerte componente virtual puede ampliarse para acoger a muchos más asistentes de los que podría acoger su sede por sí sola. De hecho, explorar el alcance global de los eventos híbridos es una tendencia que hay que seguir en 2022.
Otra razón por la que los eventos híbridos son los protagonistas de la nueva realidad es su mayor duración, lo que llevará a muchas marcas a extender su mensaje más allá del propio evento. Con el registro digital es posible reutilizar el contenido del evento en campañas posteriores al mismo para volver a dirigirse a los asistentes a distancia con contenido adicional o para abrir el evento a más personas de forma inclusiva. Por ejemplo, para las personas que no hayan podido asistir a la experiencia presencial.
¿Sabías que el servicio profesional de transmissión en vivo de beamian permite compartir vídeos tanto para eventos privados como públicos? Aprende a elegir el mejor servicio de transmisión de vídeo en vivo para eventos.
En resumen, los eventos híbridos -por su naturaleza digital- ofrecen a los organizadores de eventos formas más sofisticadas para la medición del ROI y también la oportunidad de involucrar a las audiencias mucho después de que el evento haya terminado.
